En Manila existen tres millones de casas sin acceso a la electricidad. Con apenas espacio suficiente para poco más que dos camas y sin ventanas, la única manera en que muchas familias pueda obtener luz es dejando la puerta abierta.
El proyecto “Un litro de luz”, desarrollado por estudiantes del Instituto de Tecnología de Masachussets en colaboración con la fundación filipina Myshelter Foundation, está llevando luz a las oscuras viviendas de los barrios pobres de Manila.
Dicho proyecto viene avalado por su progresiva implantación en Brasil y México desde 2008. Con la unión de Filipinas, ya se considera el mayor programa mundial para dotar de luz verde a los más pobres.
El proyecto busca atrapar la luz del sol en una “bombilla” casera de muy bajo coste. Se trata de botellas de plástico llenas de agua y lejía que se colocan perfectamente ajustadas en un agujero en el tejado, como si fueran claraboyas.
El principio lumínico en el que se basa es muy sencillo: la luz pasa a través de la botella y sufre una refracción de 360 grados que ilumina toda la habitación. Aseguran que emiten una luz equivalente a una bombilla de 55 vatios.
El procedimiento para construir la bombilla es el siguiente: se llena una botella de agua limpia, destilada o purificada para lograr una mayor claridad, y se le añaden 3 cucharaditas de lejía para luego cerrar el tapón herméticamente. La lejía evita la formación de moho durante cinco años para que el agua se conserve lo más clara posible.
Una vez preparada, se hace un orificio en una lámina de zinc o fibra de vidrio, donde se inserta la botella hasta la mitad. A continuación, se perfora un agujero similar en el techo de la casa y se ajusta. Finalmente se aplica un sellador potente para evitar goteras. Ya solo hace falta esperar a que salga el sol por la mañana.
En estas casas, cuando se cerraba la puerta durante el día, tenían que encender una vela o una lámpara de queroseno con el consiguiente riesgo de incendio. Por esta razón, esta bombilla, aunque no funciona por la noche, les da, por lo menos, seguridad por el día.
El Ayuntamiento de Manila y el gobierno filipino han asumido los gastos para la fabricación de las bombillas, mientras que MyShelter Foundation, creada por el joven empresario filipino Illac Díaz, se encarga de enseñar a los residentes la manera de hacerlas. La meta es iluminar un millón de casas filipinas antes de que termine 2012.
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