La saeta es un canto religioso que se interpreta durante el transcurso de las procesiones de Semana Santa en honor de las imágenes de los pasos que desfilan por las calles. Es parte de una tradición muy arraigada en Andalucía.
En su origen parece ser que fue un rezo, una invocación en voz alta dirigida a la Virgen o a Jesús. No sabemos cuándo se empezaron a cantar saetas. Su historia es fechable sólo a partir del último tercio del siglo XVIII. Lo que sí podemos asegurar es que es uno de los cantes andaluces más bellos y sensibles y la genuina voz de nuestra Semana Santa.
La saeta, al ser un canto popular que se ha transmitido oralmente de generación en generación, ha dado lugar a diferentes estilos: la saeta cordobesa vieja, la cuarteta de Puente Genil, la samaritana de Castro del Río y la saeta flamenca. Dentro de la saeta flamenca se distingue: por seguiriyas, por martinetes, por carcelera, o la saeta malagueña.
Cuando la saeta fue cantada con el estilo de la siguiriya o del martinete se convirtió en un cante de difícil ejecución ya que exige conocer el estilo del cante jondo propio de la tradición musical del flamenco.
Siendo un cante sumamente difícil de interpretar, son numerosísimos los cantaores y cantaoras anónimos que salen a la calle a implorar a su Dios y a su Virgen, interpretando saetas con letras realizadas por ellos mismos o las de algunos de los buenos saeteros que el flamenco tiene o ha tenido: Pepe Pinto, Enrique El Morcilla, Tomás Pavón, Gallego, La Niña de Los Peines, Rafael Romero, La Niña de La Alfalfa, La Paquera de Jerez, Jarrito, Manolo Caracol y tantos otros que han hecho historia.
La saeta puede llegar al rango de obra de arte, pero, al tratarse una oración espontánea cantada ante una imagen que pasa procesionalmente, esa calidad no es imprescindible y así, una saeta mal cantada, o cantada con pobre voz, pero sincero sentimiento, cumple su misión de conmover.
La letra está compuesta, generalmente, por coplas de cuatro versos octosílabos y tiene siempre un significado religioso que alude a los hechos y personajes de la Pasión y al sentimiento religioso de nuestra gente. Hay otras que son puros y simples piropos a Jesús o la Virgen, algo que no debe extrañar si se conoce el modo en que el pueblo andaluz vive la Semana de Pasión. Si quieres acercarte a este sentir andaluz, te recomiendo ver, siguiendo el enlace, el pregón de la Semana Santa de Málaga 2011 de Antonio Banderas.
Un cante que se interpreta en la calle, la procesión se detiene, la banda deja de tocar y el bullicio de la gente se vuelve silencio. Sólo se oye el quejido de una garganta. Lo podéis apreciar en el primer vídeo que os dejo de una saeta cantada, en la madrugada del Viernes Santo, por el “Niño Jorge” a “Nuestro Padre Jesús”, “El Abuelo”, de Jaén.
Os dejo, además, una saeta interpretada por Gracia de Triana y dos por Arcángel.
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