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miércoles, 30 de abril de 2025

El cucharón

Adaptación del cuento que circula en las redes sociales. Desconozco su autor/a.

Pablo y Marta compartían apartamento. Ellos siempre insistían en que solo eran compañeros de piso.

Un día, Pablo invitó a su madre a cenar al apartamento. Durante la cena la madre pudo observar lo guapa y hermosa que era Marta. Durante mucho tiempo, había tenido la sospecha de que su hijo tenía una relación sentimental con ella, pero ahora, al conocerla, estaba casi segura.

En el trascurso de la velada, observó el modo en que los dos se comportaban y pensó:

—Estos, fijo, tienen “algo”.

Pablo, leyendo el pensamiento de su madre, le dijo:

—Mamá, sé lo que estás pensando, pero te aseguro que Marta y yo, solo somos compañeros de apartamento.

Una semana después, Marta le comentó a Pablo que, desde el día en que vino su madre a cenar, no encontraba el cucharón grande de plata que tenían para repartir los alimentos en la mesa. Pablo le dijo que, conociendo a su madre, era imposible que ella lo hubiera cogido, pero que, aun así, le iba a mandar un mensaje. Y así lo hizo:

“¡Hola, mamá! Desde el día en que viniste a cenar, no encontramos el cucharón de plata. No estoy diciendo que tú lo cogieras, pero tampoco que no lo hicieras. Un beso 😘 ”.

Poco después, la madre de Pablo le respondió con otro mensaje:

“¡Hola, hijo! Si Marta se acostara en su cama, ya habría encontrado el cucharón de plata que yo puse entre los cojines. No estoy diciendo que te acuestes con ella, pero tampoco que no lo hagas. Otro beso para ti 😘”.

A una madre, nunca la engañas. Las madres tienen un sexto sentido y nos conocen perfectamente.


miércoles, 23 de abril de 2025

Sencillos gestos cotidianos de amor

Muchas veces pasamos por alto actos cotidianos que, aunque sencillos, son manifestaciones de amor y generosidad.

La siguiente lista titulada “Quince sencillos actos de caridad que olvidamos a menudo”, la elaboró, al parecer, Luisa Restrepo que se inspiró en el mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de 2015:

- Saludar con alegría a las personas que vemos a diario.

Al saludarlas, les recordamos que su trabajo es importante y valioso para los demás.

- Sonreír.

No nos damos cuenta, pero cuando sonreímos en la calle, en el trabajo, en la casa… aligeramos nuestra carga y la de quienes nos rodean.

- Dar las gracias.

Demos siempre las gracias, aunque recibamos algo porque tengamos derecho a ello o porque lo hayamos pagado. Es más feliz quien es agradecido.

- Recordar a los demás cuánto los amamos.

Nosotros sabemos que los amamos… ¿y ellos? Las caricias, los abrazos y las palabras cariñosas nunca sobran.

- Tener bonitos detalles con los que están cerca de nosotros.

Podemos aprovechar que sabemos lo que les gusta mejor que nadie. Pensar en los demás siempre alegra el corazón. Nada se disfruta más que aquello que se da con amor.

- Escuchar a los demás.

¿Qué puede hacernos más humanos que saber escuchar? Cada historia que nos cuentan nos une más al otro. Cuando nos hablan de sus hijos, su pareja, su jefe, sus profesores, sus preocupaciones, sus alegrías… nos están hablando de partes de su vida que necesitan compartir.

- Estar atento a quien nos necesita y detenernos para ayudar.

No importa si se trata de una simple pregunta, de un problema de matemáticas o de alguien que tiene hambre… Todos, nosotros también, necesitamos de los demás.

- Levantar el ánimo a alguien.

Cuando sabemos que alguien no anda bien y no sabemos qué hacer, saquémosle una sonrisa para hacerle saber que hay alguien que le ama y estará siempre a pesar de las dificultades.

- Celebrar las cualidades o éxitos de los demás.

Debemos expresar lo que nos gusta y nos alegra de los demás: sus cualidades, sus éxitos… A veces, solo son necesarias simples frases como Simples frases como “¡felicidades!”, “me alegro mucho por ti” o “ese color te favorece”…

- Seleccionar lo que no usamos y regalarlo a quien lo necesita.

Si tenemos más de lo que necesitamos, regalarlo nos ensancha el corazón y puede ser útil y de gran ayuda para otros.

- Ayudar para que otro pueda tomarse un respiro.

Cuando nos ayudamos a llevar las responsabilidades diarias, la vida es más llevadera.

- Mantener limpio y organizado lo que usamos en casa.

Es imprescindible para una buena convivencia. Hacerlo, nos hará sentir bien.

- Corregir con amor.

Corregir es un arte. El mejor método es el amor. El amor no solo sabe corregir, sino que sabe perdonar. No tengas miedo de corregir y ser corregido. Eso es una muestra que los demás apuestan por ti y quieren que seas mejor.

- Ayudar a los demás a superar obstáculos.

Ayudar a cruzar la calle, a subir las bolsas de la compra, a cargar unas maletas… son detalles que no se olvidan.

- Llamar por teléfono a familiares y amigos/as.

No cuesta mucho y es importante que sientan que piensas en ellos para saber cómo están o si necesitan algo.

Muchos pequeños gestos, desde lo cotidiano, pueden cambiar y mejorar la vida.


miércoles, 16 de abril de 2025

Los tres árboles

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos ni vuestros caminos son mis caminos, dice el Señor. Cuanto son los cielos más altos que la tierra, tanto están mis caminos y mis pensamientos por encima de los vuestros”.
(Isaías 55, 8-9)



Cuento para niños y no tan niños.

Cuento tradicional recogido por Angela Elwell Hunt.

Había una vez tres árboles en la colina de un bosque. Hablaban acerca de sus sueños y planes de futuro.

—Algún día seré cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Todos verán mi belleza —dijo el primer árbol.

El segundo árbol dijo:

—Algún día seré un gran barco donde viajen los más grandes reyes y reinas a través de los océanos. Todos se sentirán seguros gracias a mi fortaleza y a mi poderoso casco.

Finalmente, el tercer árbol dijo:

—Yo quiero crecer para ser el más alto de todos los árboles en el bosque. Así estaré cerca de Dios. Seré el árbol más grande de todos los tiempos y la gente siempre me recordará.

Durante años, los tres árboles oraban a Dios para que sus sueños se convirtieran en realidad.

Un día, un leñador los taló y se los vendió a unos carpinteros.

Con el primer árbol hicieron un pesebre y lo llenaron de paja. Se sintió muy mal, pues eso no era lo que él tanto había pedido.

El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña barca de pesca y fue puesto en un lago. Sus sueños de ser una gran embarcación habían llegado a su fin.

El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y lo abandonaron en la oscuridad de un almacén.

Al verse así, los tres árboles sintieron que sus planes habían fracasado.

Sin embargo, una noche, José y María de Nazaret llegaron al establo y pusieron al Niño Jesús en el pesebre. Entonces el primer árbol descubrió que había contenido el mayor tesoro de la humanidad.

Años más tarde, Jesús y algunos discípulos subieron a la pequeña barca para cruzar el lago de Galilea. Durante la travesía, una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvarlos, pero Jesús se levantó y calmó la tempestad. El segundo árbol descubrió que llevaba al Rey de todos los reyes y Señor de señores.

Finalmente, alguien cogió dos de las tablas que estaban en el almacén y sobre ellas crucificaron a Jesús. Cuando llegó el domingo, Jesús resucitó y el tercer árbol sintió que había estado más cerca de Dios de lo que nunca pudo imaginar.

Cada árbol obtuvo lo que pidió, pero no en la forma que lo habían deseado. Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus deseos, debes saber que Dios tiene el plan perfecto para ti. Confía en Él. Sus caminos siempre son los mejores.


miércoles, 9 de abril de 2025

Historia de una brida


Fuente: “The chosen”. Capítulo tres de la tercera temporada y capítulo ocho de la cuarta temporada.

“The Chosen” es una serie creada, dirigida y coescrita por el cineasta estadounidense Dallas Jenkins. Ambientada en la Judea del siglo I, gira en torno a Jesús de Nazaret y las diferentes personas que lo conocieron y lo siguieron.

La serie brinda una nueva perspectiva sobre la vida y el ministerio de Jesús. La intención de Jenkins es, además de profundizar en las emociones y experiencias de los seguidores de Jesús, retratarlo a través de los ojos de quienes lo conocieron y mostrarlo de una manera más personal, íntima e inmediata.

En la serie “The chosen” se narra una bonita historia sobre la larga vida de una brida que acabará teniendo una utilización muy especial. Una brida sirve, principalmente, para dirigir a un animal de montura (caballo, mula, asno…) y está formada por la embocadura, el correaje que la sujeta a la cabeza y las riendas.

En la Biblia no hay ninguna referencia a esta historia. Se trata una licencia creativa que, en definitiva, reitera el linaje de Jesús y nos acerca al importante papel de José, que ejerció de padre terrenal de Jesús, en su infancia.

En la serie, los acontecimientos en torno a la brida no siguen un orden cronológico y no se completa su historia hasta el final de la cuarta temporada.

Estos sucesos se desarrollan en cuatro momentos. El primero en el reinado del rey David (1040-966 a. C.) y los otros tres durante la vida de Jesús de Nazaret. Para esta entrada he realizado un vídeo en el que aparecen recogidos en orden cronológico.

Los dos primeros episodios de la quinta temporada, que trata de la semana previa a la muerte de Jesús, se estrenarán en España, en cines, mañana día 10 de abril. Tal vez, es una sospecha, la historia de esta brida no haya llegado a su fin...

El rey David conserva una brida del tiempo en que los israelitas fueron liberados de la esclavitud en Egipto.

El rey David regresa a casa después de vencer a los amonitas. Es recibido triunfalmente por los israelitas que, entre palmas y tendiendo a su paso mantos en el suelo, le cantan “hosanna”, una exclamación de júbilo y alabanza hacia la persona que consideran su salvador.

Abigail, su esposa, y su hijo Daniel lo reciben con gran alegría. Está próxima la celebración de la Pascua judía y el rey enseña a su hijo el ritual y significado del cordero que se sacrificará el día de Pascua. Abigail explica a su hijo por qué en la cena de Pascua se come pan ácimo y el rey David le muestra un cofre en el que guarda una brida cuya historia se remonta al día en el que los israelitas fueron liberados de la esclavitud en Egipto y huyeron de la mano de Moisés, a toda prisa, a través del desierto.

José conserva la antigua brida y se la entrega a Jesús.

José de Nazaret, descendiente del rey David, muestra a Jesús, siendo todavía un niño, sacándola de un cofre, la embocadura de la brida de una mula. José cuenta a Jesús que fue utilizada por uno de sus ancestros, de la tribu de Judá, en su mula cargada de provisiones desde Egipto. Su dueño la guardó como recuerdo de la huida y durante cuarenta generaciones se ha ido pasando de padres a hijos como recuerdo de la esclavitud, pero, sobre todo, como recuerdo del camino hacia la libertad y a la Tierra prometida. A José se la entregó su padre y él se la entrega a Jesús y, como cree que Jesús no tendrá hijos, piensa que, tal vez, con Él termine el viaje de la brida. Para José, cuidar de Jesús ha sido el mayor honor que jamás podría soñar y siempre rezó por cumplir bien la misión que se le había encomendado.


Jesús recoge la brida en la casa de Nazaret.

Jesús, ya adulto, ha iniciado su predicación y realizado múltiples milagros. Tras el sermón de la montaña, envía a sus discípulos, de dos en dos, a predicar su palabra y les da autoridad para realizar curaciones. Mientras tanto, Jesús vuelve a Nazaret para celebrar el Año Nuevo Judío. Llega a su casa anocheciendo y, mientras cena con su madre, conversan sobre la vida de sus discípulos. Finalmente, Jesús le pide a su madre el cofre con la brida que le entregó José, pues se acerca su hora y la va a necesitar. María, con gran tristeza, le dice que el cofre está en su dormitorio. Ya en su habitación, Jesús, triste y cansado, coge entre sus manos la brida.

A la mañana siguiente, todo Nazaret celebra en el campo la alegre fiesta de Año Nuevo con música, bailes, juegos, comida… Ese año han vuelto, también para la fiesta, Lázaro, amigo de la infancia de Jesús, con sus hermanas Marta y María y los padres del novio de la boda de Caná.

Las noticias de la predicación y los milagros de Jesús se han difundido y generan gran expectación entre los habitantes de Nazaret. Lázaro presiona al rabino para que ese día deje que Jesús lea y dé la enseñanza en la sinagoga. Jesús empieza a hacer la lectura del pergamino del profeta Isaías y la interrumpe para decir que con él se han cumplido las escrituras. Se genera una situación muy tensa. Ante las preguntas del rabino, Jesús les dice la verdad sobre quién es. Lo acusan de falso profeta y blasfemo y lo condenan a morir. Lázaro intenta intervenir y suavizar las cosas, pero Jesús le dice a su amigo que no se preocupe y le da instrucciones, al oído, sobre lo que tiene que hacer.

Jesús es llevado a lo alto del monte sobre el que se alza Nazaret para despeñarlo. El rabino, que aprecia a María y al difunto José, le pide que se retracte. Jesús no lo hace, le dice que no es el momento de su muerte y pasa junto a la multitud que, “sobrenaturalmente” conmocionada, lo deja marchar.

Jesús va a la tumba de José y allí recuerda, además de cómo le enseñaba a leer y el oficio de carpintero, el día en el que le dio la caja con la brida. Estando en estos pensamientos, llegan María y Lázaro que se sienten aliviados cuando lo ven bien. Lázaro trae la bolsa de Jesús con provisiones y la brida. Ya no hay vuelta atrás. Esta será su última visita a Nazaret y le pide a María que se vaya a vivir con Lázaro, Marta y María a Betania.

Jesús utiliza la brida en el asno en el que entra montado, triunfalmente, en Jerusalén.

Jesús y sus discípulos que, tras la resurrección de Lázaro, se encontraban en Betania, hacen los preparativos para dirigirse a Jerusalén para celebrar la Pascua.

Jesús pide a Simón, el zelote, y a Mateo que vayan al pueblo de al lado a por un pollino en el que nadie se había subido. Jesús se ha dejado su mochila, a propósito, en la casa de Lázaro para que su madre se la lleve.

Mientras tanto, la noticia de su llegada corre por Jerusalén y el pueblo se prepara con palmas para recibirlo, al igual que lo hiciera con el rey David.

María le lleva la bolsa a Jesús que saca el cofre con la brida y una manta y se las da a Simón, el zelote, para que se las ponga al pollino. Jesús monta en él y, seguido por su madre, los apóstoles y algunos discípulos, se dispone a entrar triunfalmente en Jerusalén.


Actualización (11-04-2025).

Ayer, en el cine, confirmé mis sospechas: la historia de la brida no había finalizado.

Tras su entrada triunfal en Jerusalén, Jesús, discretamente oculto bajo una capa con capucha, pasea de noche por la ciudad. Desde un punto alto de Jerusalén, observa, con dolor y tristeza, cómo el patio del templo, que debía ser un lugar de oración, se ha convertido en un mercado donde se llevan a cabo todo tipo de negocios profanándose, así, un lugar sagrado.

Cuando llega a la casa donde se aloja con sus discípulos, coge el cofre donde se guarda la brida y cortándole una tira de la correa de cuero, Jesús era artesano y tenía una gran habilidad, prolonga un látigo. A la mañana siguiente, va al templo y, furioso, expulsa con él a todos los que vendían y compraban, volcando las mesas de los cambistas y liberando a ovejas, cabras, bueyes y palomas.


miércoles, 2 de abril de 2025

La capacidad humana de escoger


Fuente: “Escúchate” de Prem Rawat.

En el mundo podemos encontrar odio, egoísmo, envidia, prejuicios... Pero hay también generosidad, creatividad, amabilidad, comprensión… Ocurren muchas cosas maravillosas dentro de nosotros y a nuestro alrededor y, a diario, pasan inadvertidos millones de actos de bondad.

Respecto a la naturaleza humana, no podemos ser ni idealistas ni pesimistas. La realidad es que en todos nosotros existe el bien y el mal.

He visto una increíble oscuridad en los ojos de la gente, una oscuridad profunda sin un atisbo de luz. Y he visto una luz increíble en los ojos de la gente —destellos de esperanza, alegría y amor— incluso en momentos muy duros.

Todos tenemos potencial para la oscuridad y la luz, pues viven juntas dentro de nosotros.

Todo lo que considero bueno de mí nunca está lejos de lo que me disgusta. El amor no está nunca lejos del odio. La claridad no está nunca lejos de la confusión. La luz no está nunca lejos de la oscuridad. Solo hace falta apretar un botón para pasar de la luz a la oscuridad y viceversa.

No tenemos que preocuparnos de eliminar la oscuridad en nuestra vida, solo centrarnos en generar luz. No tenemos que preocuparnos de eliminar la confusión de nuestra vida, solo centrarnos en generar claridad. No tenemos que eliminar el odio de nuestra vida, solo concentrarnos en generar amor.

Contamos con muchas cualidades en nuestro interior. Las que escogemos para actuar y expresarnos son las que influyen de un modo determinante en nuestra vida. Esa capacidad de elegir es una parte fundamental de la experiencia humana. Nuestra humanidad se basa en la capacidad de escoger.

Lo que elegimos nos define:

Si quieres ser fuerte, sé amable.
Si quieres ser poderoso, sé benevolente.
Si quieres ser rico, sé generoso.
Si quieres ser elegante, sé sencillo.
Si quieres ser libre, sé tú mismo.