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miércoles, 3 de diciembre de 2025

Madre María

«Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio».
Juan 19, 25-27


El día 8 de diciembre celebramos la Inmaculada Concepción de María, dogma de fe proclamado por el Papa Pío IX en 1854.

Un dogma de fe es una verdad revelada por Dios, transmitida a través de las Escritura o de la Tradición, y propuesta por la Iglesia para su aceptación por parte de los fieles. Estas verdades son consideradas indiscutibles, infalibles e inmutables.

Sobre la Virgen hay cuatro dogmas de fé:

- Maternidad divina (Concilio de Éfeso en el año 431).

- Virginidad perpetua (Concilio de Constantinopla II en el año 553).

- Inmaculada Concepción (Pío IX en 1854).

- Asunción a los cielos (Pío XII en 1950).

Desde la proclamación del último dogma mariano en 1950, algunas corrientes dentro del catolicismo, sobre todo las más conservadoras, han abogado por un nuevo dogma que la designe oficialmente como corredentora y mediadora de todas las gracias. Desde hace años la cuestión de la “corredención” de la Virgen María ha sido objeto de un intenso debate entre los teólogos.

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe, organismo encargado de defender la integridad de la doctrina católica sobre la fe y la moral, publicó el pasado cuatro de noviembre la Nota Doctrinal “Mater populi fidelis” (Madre del pueblo fiel), un documento aprobado por el Papa León XIV el 7 de octubre, que busca ofrecer claridad doctrinal sobre los títulos marianos más utilizados por los fieles y, al mismo tiempo, reafirmar la verdadera devoción a la Virgen María.

En dicho documento, se ha concluido que la Virgen María no puede ser considerada “corredentora” y no puede compartir con Jesús la potestad de salvar a la humanidad. Aceptar que María posee la función de corredención sería atribuirle la divinidad de Cristo. La obra redentora de Cristo fue perfecta. Ni la Virgen ni la Iglesia pueden completar su acción salvadora. Él es el único Redentor y Mediador.

Por otro lado, se aboga por la prudencia al referirse a la Virgen como “Mediadora” o que concede gracias. En sentido estricto no podemos hablar de otra mediación en la gracia que no sea la de Jesús, pero, si consideramos que mediación es cooperación, ayuda e intercesión, podemos decir que María es mediadora en sentido subordinado a Cristo.

Los títulos que la Iglesia considera correctos para dirigirse a la Virgen María subrayan su papel materno y espiritual:

- Madre de los creyentes

- Madre espiritual

- Madre del pueblo fiel

De acuerdo con el documento, estos términos son profundamente coherentes con la enseñanza del Evangelio y la tradición de la Iglesia, ya que expresan la misión de María como Madre de todos los creyentes.

La devoción mariana, que la maternidad de María provoca, es presentada en el documento como un tesoro de la Iglesia y valora, admira y alienta la piedad de los fieles que encuentra en María refugio, fortaleza, ternura y esperanza.

Doctores tiene la Iglesia...

Para mí, lo fundamental es que María fue la elegida para ser madre de Dios en su encarnación como ser humano y que, al pie de la cruz, donde Juan ocupaba nuestro lugar, Jesús la convirtió en madre espiritual de todos sus seguidores. Si nació sin pecado, si fue siempre virgen o fue llevada en cuerpo y alma a los cielos, es algo que formó parte del plan divino de salvación que excede, con mucho, mi capacidad humana de comprensión y, como hiciera María, ejemplo de fe, guardo todas estas cosas, meditándolas, en mi corazón (Lucas 2:18-19).

Yo no grito vítores a sus imágenes ni le lanzo flores ni le busco títulos… María, como madre, me acompaña, intercede y es mi guía hacia Jesús.

Para esta entrada, he seleccionado dos fragmentos de la serie “The chosen”. El primero recoge el milagro de las bodas de Caná en el que Jesús accede, aunque todavía no había llegado su hora, a la petición de su madre. El segundo fragmento está incluido en el episodio extra de Navidad “Los Mensajeros” en el que observamos cómo María reza por los Apóstoles y cómo dicta a María Magdalena “El magníficat”, canto de acción de gracias a Dios, que María pronunció cuando visitó a su prima Isabel y nos permite conocer sus sentimientos ante la grandeza de lo que le estaba ocurriendo (Lucas 1: 46-55).

* Cuando abras el vídeo, selecciona la resolución más alta disponible en configuración (icono engranaje).

“The chosen”. Fragmentos Temporada 1 (capítulo 5) y del especial de Navidad “Los Mensajeros” .