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martes, 30 de julio de 2024

Nos hemos hecho mayores

Hoy festejo tu cumpleaños en silencio. Mil veces me he preguntado por qué tuviste que irte. Sé que, de momento, no habrá respuesta.

Jesús Quintero (1940-2022) ha sido uno de los periodistas, directores y presentadores de programas de radio y televisión más reconocidos y galardonados de España (“El loco de la colina”, “El perro verde”, “Trece noches”, “Cuerda de presos”, “El vagamundo”, “Ratones coloraos”, “El loco soy yo”…).

Con su estilo personal y sus peculiares silencios, revolucionó el género de las entrevistas consiguiendo que sus invitados se sinceraran haciendo confesiones difíciles de conseguir.

En sus programas nos dejó, además, acertadas y ácidas reflexiones. Algunas de ellas las he incluido en entradas de este blog:

“No me fío de la tolerancia”

“Vivir cada día como si fuera el último”

“Si Cristo volviera”

“Los analfabetos de hoy”

“Reivindicar la alegría”

“Con el tiempo”

“Hay un tiempo para todo”

Para esta entrada he seleccionado la siguiente reflexión sobre el paso del tiempo, extraída del programa “El loco soy yo”:


Transcripción

«Nos hemos hecho mayores sin darnos cuenta. Como si nos hubiéramos acostado una noche y a la mañana siguiente, al abrir los ojos, hubieran pasado diez o quince años.

Nos hemos hecho mayores corriendo delante de los grises; corriendo para no llegar tarde a una cita, a un concierto de rock, para no perder el autobús, para que no nos revolcara la última hora.

Nos hemos hecho mayores pintando las paredes, soñando paraísos, construyendo esos castillos en el aire que llaman utopías.

Nos hemos hecho mayores de golpe y porrazo. A golpes y a porrazos. Equivocándonos, descubriéndolo todo bajo una capa negra de oscurantismo y prohibiciones. Desinfectando la palabra amor, descubriendo el amor, descubriendo el sabor de la libertad y el sabor de la vida.

Nos hemos hecho mayores jugando a ser diferentes, jugando a ser hippies, a ser beatniks, a ser revolucionarios, hablando de cambiar el mundo, recorriendo los caminos con una mochila en la espalda, liando algún canutillo, bebiendo como cosacos, apurando hasta la última copa la madrugada.

Nos hemos hecho mayores, pues, viéndole el culo a Marlon Brando y a María Schneider y “El Último Tango” y hablando de política y creyéndonos promesas que, al parecer, solo eran promesas; ilusionándonos con sueños que, al parecer, solo eran sueños; fingiendo realidades que ahora se estrellan contra la dura realidad.

Nos hemos hecho mayores y, ahora, pues se nos exige que nos comportemos como mayores; que renunciemos a los viejos sueños; que enterremos las utopías; que pactemos con el diablo si es preciso; que aceptemos las cosas como son y han sido siempre. Y que no queremos cambiar…

Sin darnos cuenta, nos hemos pasado al enemigo.

Ahora los jóvenes, los dueños de la vida y de las calles son los otros, los indignados.

Nos hemos hecho mayores y yo, al menos, me pregunto si merecía la pena correr tanto para llegar a esto.

A ver si me comprende».


miércoles, 24 de julio de 2024

Sobre la comunicación asertiva

La asertividad es la habilidad que permite a las personas expresar de manera directa y adecuada, sin hostilidad ni agresividad, sus pensamientos, sentimientos, opiniones... y defender sus intereses. Una persona asertiva es capaz de dialogar en la diferencia y tener la intención de llegar a acuerdos.

En la página de Facebook de Muxote Potolo Bat, el 14 de diciembre de 2021, Miryam Artola publicó uno de sus “dibumensajes” sobre la asertividad. Se trata de un pequeño gran mensaje,optimista y alegre, que acaricia el alma y nos muestra que otro mundo es posible.

El texto, que es un acróstico, dice lo siguiente:

«Aprendiendo cada día, cada rato a ser más asertiva. Y hay ratos que tengo que repetir asignatura.

Con Amabilidad y respeto. Amable y respetuosa conmigo, con mis ideas, con lo que defiendo. Amable y respetuosa con quien me escucha y recibe mis palabras.

Sincera. Mostrando lo que siento, lo que quiero decir. Desde mi lugar. Diciendo y pidiendo. Con Confianza. En mí. En ese espacio de conversación que se abre.

Específica. Sin irme por las ramas. Siendo clara. Concisa. Sin florituras ni rodeos.

Recíproca. Dando espacio a la otra persona. Equilibrando tiempos de decir y también de escuchar. Desde el respeto.

Cuidando el Tono. El lenguaje no verbal. La postura y el gesto.

Poniendo Interés en lo que digo y cómo lo digo. Prestando atención e interés a lo que me dicen y cómo me lo dicen.

Dando Valor a mi palabra, mi sentimiento, mi lugar, mi mensaje.

Anclada en el yo. Hablando desde mí, sin valorar ni juzgar lo que la otra persona dice. Hablar desde mí, lo que quiero decir».


miércoles, 17 de julio de 2024

La tórtola y la lechuza

Vayas donde vayas, sigues siendo tú.


Fuente: “Cuentos para quererte mejor” de Álex Rovira y Francesc Miralles.

«Cuenta una vieja fábula que una lechuza y una tórtola eran vecinas en el bosque. La primera estaba siempre disgustada porque nadie apreciaba su canto, así que, un día, le contó a su amiga que había decidido marcharse bien lejos.

—Pero… ¿adónde te irás? —preguntó la tórtola preocupada.

El mundo era muy grande y peligroso. Su amiga no entendía por qué quería irse si en su bosque vivían en paz y tenían comida y un hogar confortable.

—Voy a trasladarme al norte —contestó la lechuza segura.

—¿Qué hay en el norte que no tengamos aquí? —quiso saber la tórtola.

—Me han dicho que allí la gente es muy culta e inteligente —replicó la lechuza—. Aquí nadie aprecia mi graznido. Yo me esfuerzo, tú lo sabes, y solo recibo burlas. Allí seguro que todo me irá mejor.

La tórtola se quedó pensativa durante un buen rato antes de afirmar:

—Yo creo que dará igual si te vas al norte o al sur.

La lechuza abrió mucho sus ojos grandes, redondos como naranjas. Estaba sorprendida. No entendía a qué se refería.

—¿Tú eres capaz de cambiar tu voz? —le preguntó la tórtola.

La lechuza negó con la cabeza. ¡Su amiga a veces hacía preguntas muy tontas!

—Entonces da igual dónde vayas. Si tu voz es la misma, si tú eres la misma, las cosas serán parecidas allá donde vayas. A la gente del norte tampoco le gustarás—. Y tras una pausa para reflexionar, añadió: —Si te gustas a ti misma, en todas partes estarás bien, sin importar lo que piensen los otros. Y si no te gustas, entonces tienes un trabajo contigo misma.

A veces nos quejamos de los demás, desearíamos que fueran distintos, poder cambiarlos. Pero eso es tarea casi imposible.

Solo hay una persona en el mundo a la que puedes cambiar, si así lo deseas: tú mismo.

Un viejo proverbio indio dice: “es más fácil calzarse unas zapatillas que alfombrar el mundo entero”.

La lechuza no puede cambiar su voz, pero cada persona tiene una asombrosa capacidad de transformación. Para eso no hay que ir al norte ni al sur. Dentro de ti mismo es donde anida el gran cambio. Decide lo que quieres ser y haz lo necesario para hacerlo posible, porque, aunque nada cambie, si tú cambias, todo cambia».


miércoles, 10 de julio de 2024

La cara amable del mundo

A Isabel.

“Toma la vida, es para ti. Un mundo entero para que juegues, para que crezcas libre y feliz. Todo un planeta entre tus manos. ¡Ojalá te quede todavía un mundo como el mío!”.
(De la canción “Cuando tú nazcas” de Mocedades).


El 22 de junio, mi sobrina nieta Isabel, que de momento es la benjamina del clan familiar, cumplió un año y quiero dedicarle esta entrada, repleta de hermosos deseos y consejos, con la bella canción “La cara amable del mundo” que la cantautora española Rozalén compuso para su sobrino. Pertenece a su álbum “El abrazo” (abril de 2024) y su letra contiene valiosísimos pequeños grandes mensajes que considero pueden, algún día, ser un gran regalo para Isabel. ¡Ojalá sepamos mostrarte la cara amable del mundo!

  “La cara amable del mundo”. Rozalén.

«Bienvenida a la jungla. Ojalá una infancia feliz mantenga viva tu cordura. Te confieso que me aterra que formes parte de la aventura. Te harán reír, serás feliz y harán que sufras.

Ojalá te quede inocencia para endulzar tus pasos y uses tu intuición “pa” no hacer mortales los disparos.

Ojalá te ames tal y como eres y también te amen con tus imperfecciones, inevitablemente.

Ojalá sepamos mostrarte la cara amable del mundo y te abrace, entre algodones, cada noche un sueño profundo. Sabes bien que te protegeré, pero tú sola tendrás que aprender a caer y entender que en la vida todos buscamos querer y dejarnos querer.

Riega siempre tus raíces. Tendrás claro dónde quieres ir si sabes de dónde partiste. No compitas, no envidies. No hace falta ganar el oro. Sé buena gente, haz lo que sientes y ofrece el hombro.

Ojalá nunca seas de nadie ni tú poseas a nadie y cuides con ternura de igual manera que tú quieres que te traten.

Ojalá no sea frágil tu memoria. Son tus cicatrices hermosas enseñanzas de golpes y victorias.

Ojalá sepamos mostrarte la cara amable del mundo y te abrace, entre algodones, cada noche un sueño profundo. Sabes bien que te protegeré, pero tú sola tendrás que aprender a caer y entender que en la vida todos buscamos querer y dejarnos querer.

Ojalá nunca te olvides que siempre, siempre se está a tiempo. Que a pesar de los errores podrás empezar de cero.

Que valores cada instante y te enamores hasta del viento.

Y digas con frecuencia “gracias”, “te quiero”, “lo siento”.

Y cantes desafinada, y bailes, aunque no sepas.

Y te apoyes en tu tribu y no caigas en la pereza.

Que tus lágrimas sean como un torrente de agua fresca que limpie tu alma noble y sepas que las estrellas son ojos que nos recuerdan que nunca estarás sola, a pesar de la avaricia, a pesar de todo el odio.

Tú nunca estarás sola, confía a pesar de todo».


domingo, 7 de julio de 2024

No me doy por vencida

Hoy cumple “Si yo cambio, todo cambia” catorce años y considero que, por méritos propios, constituye una pieza importante de mi propósito (tikkún).

En este blog intento evitar las teorías complejas o enrevesadas, las fórmulas absurdas y los consejos vacíos para convertirse en alguien que no se es. No pretendo que estés de acuerdo con lo que en él se dice. Puedes discrepar tanto como quieras, pero cuestiónate lo que crees y piensa por ti mismo/a.

Poner en algunas de sus entradas mis pensamientos y emociones, permitiendo que se desplieguen, me ayuda a desenmarañar parte de lo que sucede en mi mente y en mi cuerpo. En realidad, creo que escribo para comprender mi propia alma. Eso es todo. Nada más y nada menos.

  “No me doy por vencido” (Luis Fonsi). Piano. Natalia Jareño.


Fuentes: Saga de libros “Caballo de Troya” de J.J.Benítez y letra de la canción “Creo en Ti” de Reik.

No concibo la vida sin cariño, sin afecto, sin ternura, sin calidez y, en ocasiones, decepcionada, la tristeza y la soledad golpean y fracturan mi alma.

No es una queja. A estas alturas de la película sé que forma parte de mi tikkún, pero, como no termino de aceptarlo, me siento descontenta, insatisfecha, infeliz y, tras la puerta cerrada de mi silencio, me enfado, niego la realidad, fantaseo, dejo de esperar un milagro y pido a Dios, sé que en vano, que acabe este mal sueño… Y al segundo de rendirme, el cielo acude en mi ayuda, desaparece el dolor y es entonces cuando mi silencio se encuentra con su voz y su A-M-O-R (en grande y despacito) detiene mi caída libre y enciende luces en mi alma.

Sé, aunque lo desconozca, que mi tikkún, ese que yo misma decidí antes de asomarme a este mundo del tiempo y del espacio, tiene sentido y que, precisamente, está sujeto al A-M-O-R. Poco importa el porqué de mi tikkún. Estoy aquí y esa es la única verdad. Tengo que seguir escribiendo el libro de mi vida, que va teniendo ya muchas páginas y, mientras pueda, seguir adelante con el blog “Si yo cambio, todo cambia”. Algún día llegaré a mi destino.

Ojalá nos encontremos aquí el año que viene. Gracias. Siempre.


miércoles, 3 de julio de 2024

Cruz Roja Española: 160 años de humanidad


“La batalla de Solferino”, un episodio decisivo de la lucha por la unidad italiana, tuvo lugar el 24 de junio del año 1859 en Solferino, un pequeño pueblo situado en el norte de Italia. En ella se enfrentaron el ejército austriaco de Francisco José I (alrededor de 100.000 hombres) y los ejércitos de Napoleón III de Francia y del Reino de Cerdeña comandados por Víctor Manuel II (en torno a los 118.600 hombres). El episodio dejó, tras nueve horas de batalla, más de 6.000 muertos y más de 40.000 heridos en el campo de batalla.

Henry Dunant (1828-1910), un comerciante de origen suizo que quería hablar con el emperador francés Napoleón III debido a un problema con la concesión de unas tierras, se topó con la batalla sin pretenderlo. Cuando contempló con sus propios ojos lo que estaba sucediendo, dejó de lado sus propósitos iniciales, abrumado y conmovido por los horrores de la guerra, y decidió actuar.

La situación era insostenible. Los servicios sanitarios de los ejércitos resultaban insuficientes; los medios de transporte, inexistentes y las cajas de vendas habían sido abandonadas en la retaguardia. Bajo el lema “Tutti fratelli” (todos hermanos), Dunant no dudó en ayudar a todas las personas heridas sin distinción de bandos. Para ello, organizó a la población civil, especialmente a las mujeres y chicas jóvenes, con el fin de proporcionar asistencia a soldados heridos, mutilados y enfermos.

Más tarde, de regreso a su Ginebra natal, Dunant escribió un libro titulado “Un souvenir de Solferino”, publicado en 1862, sobre las experiencias vividas en el pueblo italiano. En él, entre otros aspectos, plasmó que debería existir en el futuro una organización neutral para proporcionar cuidados a los soldados heridos y reflexionó sobre la necesidad de que los Estados ratificaran un principio que garantizara protección jurídica a los hospitales militares y al personal sanitario. Pese a la firme oposición de algunos de sus coetáneos, que consideraban que esa pretensión era imposible de alcanzar, Henry Dunant no cejó en su empeño por conseguirlo. Un año después, en 1863, nacía el Comité Internacional de la Cruz Roja y, a partir de 1864, las primeras Sociedades Nacionales, entre ellas, Cruz Roja Española.

En la concepción de Dunant, estas sociedades estaban principalmente orientadas a actuar en momentos de guerra, pero ya vislumbró posibilidades para los de paz: prestar servicios en épocas de epidemias o cuando sobrevienen desastres como inundaciones, incendios… Era el germen del actual Derecho Internacional Humanitario y del mayor movimiento humanitario, ciudadano e independiente del mundo.

Dunant, que recibió en 1901 el Premio Nobel de la Paz, fue el ideólogo del emblema de la Cruz Roja, basado en los colores de la bandera de su país, pero invertidos. La Media Luna Roja, se utiliza en los países musulmanes desde la guerra entre Turquía y Rusia en 1878, pues el Imperio Otomano utilizó este símbolo al considerar que la cruz roja hería las susceptibilidades de los soldados musulmanes.

Aunque ninguno de los emblemas tiene ninguna asociación religiosa, en el 2005 se creó el emblema del Cristal Rojo para los estados que desean evitar cualquier percepción de significado religioso. Por tanto, el Movimiento tiene en la actualidad tres emblemas reconocidos mundialmente: la Cruz Roja, la Media Luna Roja y el Cristal Rojo.

Fragmento de la reproducción del Cartel corrida benéfica de toros (1921) de Julio Romero de Torres. Hospital de la Cruz Roja. Córdoba (España).

La sociedad ha evolucionado profundamente a lo largo del tiempo y el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja desde su origen, hace más de 150 años, ha ido adaptándose y mutando para ofrecer lo que en cada momento se necesitaba, pero sin cambiar un ápice sus Siete Principios Fundamentales definidos y aprobados en 1965: Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Carácter Voluntario, Unidad y Universalidad. En la actualidad es el mayor movimiento internacional, independiente y voluntario del mundo.

Humanidad:

Cruz Roja se esfuerza en prevenir y aliviar el sufrimiento humano en todas las circunstancias, en proteger la vida y la salud, respetando a la persona. Favorece también la comprensión mutua, la cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos.

Imparcialidad:

Cruz Roja atiende a los individuos y colectivos en proporción con su sufrimiento, remediando sus necesidades y dando prioridad a las más urgente, sin reparar en su nacionalidad, raza, religión, condición social o credo político.

Neutralidad:

Cruz Roja se abstiene de tomar parte en las hostilidades, en las controversias de orden político, racial, religioso e ideológico.

Universalidad:

Las Cruces Rojas y las Medias Lunas Rojas de todo el mundo tienen los mismos derechos y el deber de ayudarse mutuamente.

Unidad:

En cada país sólo existe una Cruz Roja o Media Luna Roja, accesible a todos y que extiende su acción humanitaria a la totalidad del territorio.

Independencia:

Cruz Roja es independiente y, pese a actuar como auxiliar de los poderes públicos en sus actividades humanitarias y a someterse a las leyes del país, conserva una autonomía que le permite siempre actuar acorde con sus Principios

Carácter voluntario:

Cruz Roja es una organización de voluntariado y de carácter desinteresado.

Cruz Roja Española

El 6 de julio de 1864, bajo los auspicios de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, nacía Cruz Roja Española a través de una real orden de la reina Isabel II. Dos figuras fueron decisivas para que echara a andar: un médico militar de origen navarro, Nicasio Landa, y el aristócrata y filántropo valenciano, Joaquín Argulló, conde de Ripalda.

Nicasio Landa fue el inventor del denominado “mandil Landa”, una especie de camilla formada por un lienzo, una vara de madera y unas correas que permitía trasladar a los heridos con más agilidad, lo que supuso un gran avance en el traslado de heridos. Posteriormente, el “mandil Landa” fue utilizado por todas las sedes de Cruz Roja en el mundo.

Inicialmente, Cruz Roja Española atendió las necesidades sanitarias de la población, tanto en épocas de guerra como en tiempos de paz.

Así, en 1870 prestó ayuda humanitaria en la guerra franco/prusiana, siendo este el primer envío de ayuda humanitaria que realiza la Cruz Roja Española, y en 1872 actuaba por primera directamente en Pamplona, en la tercera guerra carlista. La Semana Trágica de Barcelona, la epidemia de gripe de 1917, la Guerra del Rif o la Guerra Civil Española fueron otros de los escenarios donde Cruz Roja Española desempeñó un papel crucial.

Durante la guerra civil, de 1936 a 1939, realizó una importante actividad y jugó un papel importante en el intercambio de prisioneros entre ambos bandos. Finalizada la guerra, lleva a cabo la repatriación de los españoles que se encontraban en la URSS.

La importante experiencia adquirida durante la guerra se empleó en la intervención ante los desastres ocurridos en todo el territorio nacional. Se asistió, así, a las víctimas de los incendios, inundaciones y accidentes de todo tipo.

En la década de 1970, Cruz Roja Española comenzó a incluir nuevos ámbitos de ayuda, atendiendo a las nuevas necesidades que iban surgiendo a medida que avanzaban los tiempos: puestos de primeros auxilios en las carreteras, tareas de socorro en el mar y salvamento de náufragos.

En las décadas de 1980 y 1990, con la democratización de la institución, Cruz Roja emprendió una profunda reorganización, potenciando la participación de voluntarios, la apertura hacia nuevos campos de actuación y asumiendo los nuevos retos que planteaba la sociedad española del momento: ayuda a colectivos vulnerables como personas mayores, refugiados e inmigrantes, enfermos de SIDA, drogodependientes, niños y jóvenes, población reclusa, discapacitados, atención a mujeres..., además del incremento de la atención a programas internacionales como los destinados a la cooperación al desarrollo, ayuda humanitaria o cooperación institucional.

Son 160 años en los que Cruz Roja Española no ha dejado de caminar, extendiendo esa labor humanitaria que soñó Henry Dunant. Que la historia de Cruz Roja Española siga inspirándonos para construir un mundo más justo y compasivo.