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miércoles, 9 de abril de 2025

Historia de una brida

Un fragmento de la historia más grande jamás contada.


Fuente: “The chosen”. Capítulo tres de la tercera temporada y capítulo ocho de la cuarta temporada.

“The Chosen” es una serie creada, dirigida y coescrita por el cineasta estadounidense Dallas Jenkins. Ambientada en la Judea del siglo I, gira en torno a Jesús de Nazaret y las diferentes personas que lo conocieron y lo siguieron.

La serie brinda una nueva perspectiva sobre la vida y el ministerio de Jesús. La intención de Jenkins es, además de profundizar en las emociones y experiencias de los seguidores de Jesús, retratarlo a través de los ojos de quienes lo conocieron y mostrarlo de una manera más personal, íntima e inmediata.

En la serie “The chosen” se narra una bonita historia sobre la larga vida de una brida que acabará teniendo una utilización muy especial. Una brida sirve, principalmente, para dirigir a un animal de montura (caballo, mula, asno…) y está formada por la embocadura, el correaje que la sujeta a la cabeza y las riendas.

En la Biblia no hay ninguna referencia a esta historia. Se trata una licencia creativa que, en definitiva, reitera el linaje de Jesús y nos acerca al importante papel de José, que ejerció de padre terrenal de Jesús, en su infancia.

En la serie, los acontecimientos en torno a la brida no siguen un orden cronológico y no se completa su historia hasta el final de la cuarta temporada.

Estos sucesos se desarrollan en cuatro momentos. El primero en el reinado del rey David (1040-966 a. C.) y los otros tres durante la vida de Jesús de Nazaret. Para esta entrada he realizado un vídeo en el que aparecen recogidos en orden cronológico.

Los dos primeros episodios de la quinta temporada, que trata de la semana previa a la muerte de Jesús, se estrenarán en España, en cines, mañana día 10 de abril. Tal vez, es una sospecha, la historia de esta brida no haya llegado a su fin...

El rey David conserva una brida del tiempo en que los israelitas fueron liberados de la esclavitud en Egipto.

El rey David regresa a casa después de vencer a los amonitas. Es recibido triunfalmente por los israelitas que, entre palmas y tendiendo a su paso mantos en el suelo, le cantan “hosanna”, una exclamación de júbilo y alabanza hacia la persona que consideran su salvador.

Abigail, su esposa, y su hijo Daniel lo reciben con gran alegría. Está próxima la celebración de la Pascua judía y el rey enseña a su hijo el ritual y significado del cordero que se sacrificará el día de Pascua. Abigail explica a su hijo por qué en la cena de Pascua se come pan ácimo y el rey David le muestra un cofre en el que guarda una brida cuya historia se remonta al día en el que los israelitas fueron liberados de la esclavitud en Egipto y huyeron de la mano de Moisés, a toda prisa, a través del desierto.

José conserva la antigua brida y se la entrega a Jesús.

José de Nazaret, descendiente del rey David, muestra a Jesús, siendo todavía un niño, sacándola de un cofre, la embocadura de la brida de una mula. José cuenta a Jesús que fue utilizada por uno de sus ancestros, de la tribu de Judá, en su mula cargada de provisiones desde Egipto. Su dueño la guardó como recuerdo de la huida y durante cuarenta generaciones se ha ido pasando de padres a hijos como recuerdo de la esclavitud, pero, sobre todo, como recuerdo del camino hacia la libertad y a la Tierra prometida. A José se la entregó su padre y él se la entrega a Jesús y, como cree que Jesús no tendrá hijos, piensa que, tal vez, con Él termine el viaje de la brida. Para José, cuidar de Jesús ha sido el mayor honor que jamás podría soñar y siempre rezó por cumplir bien la misión que se le había encomendado.


Jesús recoge la brida en la casa de Nazaret.

Jesús, ya adulto, ha iniciado su predicación y realizado múltiples milagros. Tras el sermón de la montaña, envía a sus discípulos, de dos en dos, a predicar su palabra y les da autoridad para realizar curaciones. Mientras tanto, Jesús vuelve a Nazaret para celebrar el Año Nuevo Judío. Llega a su casa anocheciendo y, mientras cena con su madre, conversan sobre la vida de sus discípulos. Finalmente, Jesús le pide a su madre el cofre con la brida que le entregó José, pues se acerca su hora y la va a necesitar. María, con gran tristeza, le dice que el cofre está en su dormitorio. Ya en su habitación, Jesús, triste y cansado, coge entre sus manos la brida.

A la mañana siguiente, todo Nazaret celebra en el campo la alegre fiesta de Año Nuevo con música, bailes, juegos, comida… Ese año han vuelto, también para la fiesta, Lázaro, amigo de la infancia de Jesús, con sus hermanas Marta y María y los padres del novio de la boda de Caná.

Las noticias de la predicación y los milagros de Jesús se han difundido y generan gran expectación entre los habitantes de Nazaret. Lázaro presiona al rabino para que ese día deje que Jesús lea y dé la enseñanza en la sinagoga. Jesús empieza a hacer la lectura del pergamino del profeta Isaías y la interrumpe para decir que con él se han cumplido las escrituras. Se genera una situación muy tensa. Ante las preguntas del rabino, Jesús les dice la verdad sobre quién es. Lo acusan de falso profeta y blasfemo y lo condenan a morir. Lázaro intenta intervenir y suavizar las cosas, pero Jesús le dice a su amigo que no se preocupe y le da instrucciones, al oído, sobre lo que tiene que hacer.

Jesús es llevado a lo alto del monte sobre el que se alza Nazaret para despeñarlo. El rabino, que aprecia a María y al difunto José, le pide que se retracte. Jesús no lo hace, le dice que no es el momento de su muerte y pasa junto a la multitud que, “sobrenaturalmente” conmocionada, lo deja marchar.

Jesús va a la tumba de José y allí recuerda, además de cómo le enseñaba a leer y el oficio de carpintero, el día en el que le dio la caja con la brida. Estando en estos pensamientos, llegan María y Lázaro que se sienten aliviados cuando lo ven bien. Lázaro trae la bolsa de Jesús con provisiones y la brida. Ya no hay vuelta atrás. Esta será su última visita a Nazaret y le pide a María que se vaya a vivir con Lázaro, Marta y María a Betania.

Jesús utiliza la brida en el asno en el que entra montado, triunfalmente, en Jerusalén.

Jesús y sus discípulos que, tras la resurrección de Lázaro, se encontraban en Betania, hacen los preparativos para dirigirse a Jerusalén para celebrar la Pascua.

Jesús pide a Simón, el zelote, y a Mateo que vayan al pueblo de al lado a por un pollino en el que nadie se había subido. Jesús se ha dejado su mochila, a propósito, en la casa de Lázaro para que su madre se la lleve.

Mientras tanto, la noticia de su llegada corre por Jerusalén y el pueblo se prepara con palmas para recibirlo, al igual que lo hiciera con el rey David.

María le lleva la bolsa Jesús que saca el cofre con la brida y una manta y se las da a Simón, el zelote, para que se las ponga al pollino. Jesús monta en él y, seguido por su madre, los apóstoles y algunos discípulos, se dispone a entrar triunfalmente en Jerusalén.


Actualización (11-04-2025).

Ayer, en el cine, confirmé mis sospechas: la historia de la brida no había finalizado.

Tras su entrada triunfal en Jerusalén, Jesús, discretamente oculto bajo una capa con capucha, pasea por la ciudad. Desde un punto alto de Jerusalén, observa, con dolor y tristeza, cómo el patio del templo, que debía ser un lugar de oración, se ha convertido en un mercado donde se llevan a cabo todo tipo de negocios profanándose, así, un lugar sagrado.

Cuando llega a la casa donde se aloja con sus discípulos, coge el cofre donde se guarda la brida y con ella, Jesús era artesano y tenía una gran habilidad, construye un látigo. A la mañana siguiente, va al templo y, furioso, expulsa con el látigo a todos los que vendían y compraban, volcando las mesas de los cambistas y liberando a ovejas, bueyes y palomas.


miércoles, 2 de abril de 2025

La capacidad humana de escoger


Fuente: “Escúchate” de Prem Rawat.

En el mundo podemos encontrar odio, egoísmo, envidia, prejuicios... Pero hay también generosidad, creatividad, amabilidad, comprensión… Ocurren muchas cosas maravillosas dentro de nosotros y a nuestro alrededor y, a diario, pasan inadvertidos millones de actos de bondad.

Respecto a la naturaleza humana, no podemos ser ni idealistas ni pesimistas. La realidad es que en todos nosotros existe el bien y el mal.

He visto una increíble oscuridad en los ojos de la gente, una oscuridad profunda sin un atisbo de luz. Y he visto una luz increíble en los ojos de la gente —destellos de esperanza, alegría y amor— incluso en momentos muy duros.

Todos tenemos potencial para la oscuridad y la luz, pues viven juntas dentro de nosotros.

Todo lo que considero bueno de mí nunca está lejos de lo que me disgusta. El amor no está nunca lejos del odio. La claridad no está nunca lejos de la confusión. La luz no está nunca lejos de la oscuridad. Solo hace falta apretar un botón para pasar de la luz a la oscuridad y viceversa.

No tenemos que preocuparnos de eliminar la oscuridad en nuestra vida, solo centrarnos en generar luz. No tenemos que preocuparnos de eliminar la confusión de nuestra vida, solo centrarnos en generar claridad. No tenemos que eliminar el odio de nuestra vida, solo concentrarnos en generar amor.

Contamos con muchas cualidades en nuestro interior. Las que escogemos para actuar y expresarnos son las que influyen de un modo determinante en nuestra vida. Esa capacidad de elegir es una parte fundamental de la experiencia humana. Nuestra humanidad se basa en la capacidad de escoger.

Lo que elegimos nos define:

Si quieres ser fuerte, sé amable.
Si quieres ser poderoso, sé benevolente.
Si quieres ser rico, sé generoso.
Si quieres ser elegante, sé sencillo.
Si quieres ser libre, sé tú mismo.

miércoles, 26 de marzo de 2025

Humor y duelo

Un fragmento de la historia más grande jamás contada.

Veinticinco años ya. Yo, aquí, sigo despertando. Volveremos a encontrarnos. Al otro lado.

Pronto hará veinticinco años, Dios mío cómo pasa el tiempo, que murió una prima a la que yo admiraba por su amabilidad, generosidad y porque tenía una vastísima cultura. ¡Era tan fácil quererla!... Durante seis años tuve el privilegio de ser, en las vacaciones de verano, su compañera de viajes por el extranjero. Con cuarenta y cinco años le diagnosticaron un cáncer que, después de seis meses de durísimos tratamientos, le produjo la muerte y un dolor indescriptible a cuantos la queríamos.

En su velatorio, de madrugada, un grupo de allegados familiares bajamos a la cafetería. Algunos acababan de llegar, habían viajado desde lejos y aprovecharon para comer algo. Y sin saber por qué, aún me pregunto cómo pudo pasar, acabamos contando chistes. Nada más lejos de nuestra intención que ser insensibles o irrespetuosos, pero así ocurrió. El momento era inapropiado, nuestra reacción emocional no fue la idónea y me sentí muy mal por ello.

Con el tiempo comprendí que fue un mecanismo de defensa contra el estrés, la tensión, la ansiedad y el dolor que acumulábamos y arrastrábamos desde que le diagnosticaron la enfermedad. La risa nos proporcionó alivio y consuelo y, en un momento tan oscuro, el humor nos ofreció una luz en nuestro sufrimiento emocional.

Lo que acabo de describir se explica magistralmente en el capítulo segundo de la cuarta temporada de la serie “The chosen”, que gira en torno a Jesús de Nazaret y las personas que lo conocieron y lo siguieron. En el fragmento que he seleccionado, Juan el Bautista, considerado primo, en algún grado, de Jesús, ha muerto decapitado por orden de Herodes Antipas. Jesús, soñando, se encuentra con él en el desierto. Cuando, súbitamente, se despierta, Andrés, que antes de seguir a Jesús había sido discípulo de Juan, le lleva algo de comida y, tras una interesante conversación, Jesús decide guardar la Shiv'ah (siete días de duelo) por los caminos y senderos, pues habían constituido “la casa” de Juan.



miércoles, 19 de marzo de 2025

Mendigar ternura

Álex Rovira en su libro “La buena vida” afirma que la ternura es la expresión más serena, bella y firme del amor. Es el respeto, el reconocimiento y el cariño expresado en el gesto, en el detalle sutil, en el regalo inesperado, en la mirada cómplice o en el abrazo sincero. La ternura no es blanda. La ternura es un acto de coraje. Es fuerte, firme y audaz porque se muestra sin miedo. Hace fuerte al amor y en la adversidad enciende la chispa de la alegría.

Expresar el afecto, saber escuchar, hacerse cargo de las preocupaciones y problemas del otro, comprender, saber acariciar, saber cultivar el detalle, acompañar, estar física y anímicamente en el momento adecuado son actos de entrega generosa.

En cualquier tipo de relación humana (pareja, amistad, familiar o laboral) las pequeñas demostraciones de afecto deben fluir. No deben forzarse recordando al otro como debe mostrarse. Lo que verdaderamente sentimos debe salir sin esfuerzo.

El texto titulado “No te voy a pedir”, que circula por internet, expresa con acierto lo que estamos diciendo. Las primeras versiones aparecen, sin atribución alguna, en la plataforma Tumblr, pero, desde octubre de 2016, aparece falsamente atribuido a Fryda Kahlo.

No te voy a pedir (Adaptación)

No te voy a pedir que me des las gracias cuando hago algo por ti ni que me pidas disculpas, aunque sepas que has hecho algo mal o has cometido un error.

No te voy a pedir que me apoyes en mis decisiones ni que me abraces cuando más lo necesito ni que me animes cuando estoy abatida.

No te voy a pedir que me digas, en alguna ocasión, lo guapa que estoy o que me has echado de menos ni que me des la mano cuando paseamos ni que me regales una rosa o me invites a cenar.

No te voy a pedir que me escuches, aunque tenga mil historias que contarte.

Tampoco te voy a pedir que nos vayamos a conocer mundo ni a vivir nuevas experiencias.

No te voy a pedir que hagas nada. Ni siquiera, que te quedes a mi lado...

Porque si tengo que pedírtelo, ya no lo quiero.


miércoles, 12 de marzo de 2025

Las organizaciones espirituales


Este cuento está incluido en “La oración de la rana” de Anthony de Mello.

Cómo crecen las organizaciones espirituales

«Un gurú quedó tan impresionado por el progreso espiritual de su discípulo que, pensando que ya no necesitaba ser guiado, le permitió independizarse y ocupar una pequeña cabaña a la orilla de un río.

Cada mañana, después de efectuar sus abluciones, el discípulo ponía a secar su taparrabos, que era su única posesión. Pero un día quedó consternado al comprobar que las ratas lo habían hecho trizas. De manera que tuvo que mendigar entre los habitantes de la aldea para conseguir otro. Cuando las ratas también destrozaron éste, decidió hacerse con un gato, con lo cual dejó de tener problemas con las ratas, pero, además de mendigar para su propio sustento, tuvo que hacerlo para conseguir leche para el gato.

“Esto de mendigar es demasiado molesto”, pensó, “y demasiado oneroso para los habitantes de la aldea. Tendré que hacerme con una vaca”. Y cuando consiguió la vaca, tuvo que mendigar para conseguir forraje. “Será mejor que cultive el terreno que hay junto a la cabaña”, pensó entonces. Pero también aquello demostró tener sus inconvenientes, porque le dejaba poco tiempo para la meditación. De modo que empleó a unos peones que cultivaran la tierra por él. Pero entonces se le presentó la necesidad de vigilar a los peones, por lo que decidió casarse con una mujer que hiciera esta tarea. Naturalmente, antes de que pasara mucho tiempo se había convertido en uno de los hombres más ricos de la aldea.

Años más tarde, acertó a pasar por allí el gurú que se sorprendió al ver una suntuosa mansión donde antes se alzaba la cabaña. Entonces le preguntó a uno de los sirvientes: “¿No vivía aquí un discípulo mío?”.

Y antes de que obtuviera respuesta, salió de la casa el propio discípulo. “¿Qué significa todo esto, hijo mío?”, preguntó el gurú.

“No va usted a creerlo, señor”, respondió éste, “pero no encontré otro modo de conservar mi taparrabos”».


miércoles, 5 de marzo de 2025

El verdadero ayuno

Hoy es Miércoles de Ceniza y empieza la Cuaresma, el tiempo litúrgico que precede a la Semana Santa en la que se conmemora la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

La Cuaresma comprendía los cuarenta días, de ahí su nombre, entre el Miércoles de Ceniza y el Sábado Santo, ambos inclusive, sin contar los seis domingos porque en cada uno de ellos se celebra la Pascua de Resurrección. Es un tiempo de preparación espiritual en el que se recuerda la prueba por la que pasó Jesús cuando, antes de iniciar su vida pública, permaneció cuarenta días en el desierto.

En la actualidad, desde que en 1970 el papa Pablo VI presentó el nuevo Calendario Romano General, la Cuaresma comprende treinta y ocho días entre el Miércoles de Ceniza y la tarde del Jueves Santo.

Durante la Cuaresma, los fieles se sumergen en prácticas de oración, reflexión, penitencia y sacrificio preparándose para la celebración central del cristianismo: la Resurrección de Jesús en la Pascua.

La tradición católica marca una serie de preceptos como la imposición de la ceniza durante la misa del Miércoles de Ceniza, el ayuno que se realiza el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo y la abstinencia, prohibición de comer carne, que se lleva a cabo, además del Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, todos los viernes de Cuaresma.

Por estas fechas suele reaparecer, circulando por las redes sociales, una “falsa noticia” en la que se dice que el Papa Francisco propone reemplazar el ayuno en Cuaresma por otro tipo de “ayunos”. En realidad, el texto titulado “Ayuno en Cuaresma” es de autor desconocido y ya aparece, en marzo de 2009, cuatro años antes de que el cardenal Bergoglio fuera elegido Papa, en la página web Catoliscopio.com.

Es evidente que este mensaje está al margen de la doctrina de la Iglesia, pero a mí, que no le encuentro mucho sentido a estas dos formas de sacrificio en torno a la alimentación, me lleva a pensar en algo que, para muchos seres humanos que viven en la pobreza, es una imposición durante, quizás, toda su vida y para otros muchos, que viven en la abundancia, se trata de una terapia de depuración o de adquisición de sanos hábitos nutricionales.

Para esta reflexión, quiero recordar las palabras de Jesús, acerca del ayuno, recogidas en el Evangelio de Mateo:

«Entonces se le acercaron los discípulos de Juan, diciendo: “¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos, pero tus discípulos no ayunan?” Y Jesús les dijo: “¿Acaso pueden los invitados a la boda estar de luto mientras el novio está con ellos? Vendrán días cuando el novio les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo, porque el remiendo tira del vestido y se hace peor la rotura. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. Si se hace así, los odres se rompen, el vino se derrama y los odres se arruinan. Pero el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan”». (Mateo 9:14-17).

“The chosen”. Tercera temporada. Capítulo cinco (“Limpieza. Parte II”).

Jesús redefine el ayuno y, al identificarse como el novio, está haciendo una afirmación profunda sobre su identidad y misión. Él, el novio, está con nosotros y es, por tanto, un tiempo de gran alegría y celebración.

Así como el vino nuevo requiere odres nuevos, la vida en Cristo requiere nuevas formas y expresiones. El Evangelio tiene un poder dinámico y transformador y las viejas estructuras y los antiguos sistemas no pueden contener ni limitar las enseñanzas de Jesús. Los creyentes estamos llamados a ser flexibles y estar abiertos a la renovación, permitiendo que el Espíritu Santo guíe y transforme nuestras prácticas espirituales.

Por todo esto, y porque creo que el verdadero ayuno consiste en comer el “verdadero alimento” que no es otro que buscar al Padre y hacer su voluntad, durante esta cuaresma, para avanzar en el camino hacia Jesús y salir al encuentro de los demás, me propongo:

Ayunar de juzgar a otros, de herir con mis palabras, de quejarme, del rencor, del pesimismo, de las preocupaciones, de la tristeza, del desaliento, del egoísmo…; llenarme de palabras amables, de gratitud, de paciencia y mansedumbre, de esperanza, optimismo y alegría, de compasión, de reconciliación, de confianza en Dios…; apreciar las cosas sencillas de la vida; reconocer al Jesús que vive en los otros; escuchar a los demás, mantenerme en silencio… y orar.

Se trata, en definitiva, de ayunar de todo lo que me separa de Jesús y llenarme de todo lo que me acerca a Él.


miércoles, 26 de febrero de 2025

Enseñar con el ejemplo (IV)

El gurú falaz


Fuente: “101 cuentos clásicos de la India”. Recopilación de Ramiro Calle.

Las lluvias monzónicas habían llegado a la India. Era un día oscuro y llovía torrencialmente. Un discípulo corría para protegerse de la lluvia cuando lo vio su maestro y le increpó:

—Pero, ¿cómo te atreves a huir de la generosidad del Divino?, ¿por qué osas refugiarte del líquido celestial? Eres un aspirante espiritual y como tal deberías tener muy en cuenta que la lluvia es un precioso obsequio para toda la humanidad.

El discípulo no pudo por menos que sentirse profundamente avergonzado.

Comenzó a caminar muy lentamente, calándose hasta los huesos, hasta que al final llegó a su casa. Por culpa de la lluvia cogió un persistente resfriado.

Transcurrieron los días. Una mañana estaba el discípulo sentado en el porche de su casa leyendo las escrituras. Levantó un momento los ojos y vio a su gurú corriendo tanto como sus piernas se lo permitían, a fin de llegar a algún lugar que lo protegiera de la lluvia.

—Maestro —le dijo—, ¿por qué huyes de las bendiciones divinas? ¿No eres tú ahora el que desprecias el obsequio divino? ¿Acaso no estás huyendo del agua celestial?

Y el gurú repuso:

—¡Oh, ignorante e insensato! ¿No tienes ojos para ver que lo que no quiero es profanarla con los pies?

El Maestro dice: Los que no ejemplifican sus palabras con sus actos siempre encuentran una manera de justificarse.


miércoles, 19 de febrero de 2025

Dios se manifiesta continuamente


Fuente: Este cuento está incluido en el libro “El mensaje de Dios” de Enrique Villarreal Aguilar con el título “¿Dios, eres real?”. Al parecer, procede de un canto indígena cherokee.

Un hombre susurró:

—¡Dios, habla conmigo!

Y un ruiseñor comenzó a cantar…

Pero el hombre no lo escuchó.

Entonces el hombre volvió a decir:

—¡Dios, habla conmigo!

Y se escuchó el eco de un trueno…

Pero el hombre fue incapaz de oír.

El hombre miró a su alrededor y dijo:

—¡Dios, déjame verte!

Y una estrella brilló en el cielo…

Pero el hombre no la vio.

El hombre comenzó a gritar:

—¡Dios, muéstrame un milagro!

Y nació un niño…

Mas el hombre no sintió el latir de la vida.

Entonces, el hombre comenzó a llorar y a desesperarse:

—¡Dios, tócame y déjame saber que estás aquí conmigo…!

Y una mariposa se posó suavemente en su hombro… El hombre espantó a la mariposa con la mano y, desilusionado, prosiguió su camino, triste, solo y asustado.

Dios está siempre ahí. Abre los ojos y el corazón para percibir los milagros de la vida que se nos manifiestan en cada momento.



miércoles, 12 de febrero de 2025

Criterios para rodearse de buena gente


Fuente: “Somos fuerza” de Patricia Ramírez.

«No existe una prueba para evaluar quién va a sumar en nuestra vida ni quién va a fallarnos o quitarnos la energía, pero sí podemos establecer unos criterios que puedan ayudarnos a rodearnos de buenas personas. Para ello, ten en cuenta las siguientes preguntas:

- ¿Te dedica tiempo? ¿Hace por quedar contigo, por buscar un rato para compartir contigo? Hay familiares y amigos que solo llaman o encuentran tiempo cuando lo necesitan ellos, pero cuando tú los necesitas siempre tienen mucho trabajo o están liados.

- ¿Se alegra de tus éxitos? Los amigos y familiares que te quieren sin recelo y sin envidias son aquellos que cuando la vida te va bien lo celebran contigo. Apoyar a alguien cuando está mal es sencillo. La comparativa te hace verte como un privilegiado y, por pura caridad, nos sale consolar a quien se encuentra en desventaja. Pero celebrar los éxitos de a quien le va bien genera, a veces, rechazo y envidia. Compararse y preguntarse por qué no podría ser uno el afortunado es muy habitual.

- ¿Habla en positivo? Cuando está contigo y te habla de aspectos de su vida o de lo que le ocurre en el día a día, ¿lo hace en términos positivos o es de las personas que solo te cuenta problemas, desgracias o te habla en negativo? Estas personas consumen muchísima energía y terminan contagiándonos su apatía y negatividad.

- ¿Te ayuda? A veces no basta con palabras de aliento, a veces necesitamos que alguien nos ofrezca ayuda concreta. ¿En qué te puedo ayudar? ¿Puedo ayudarte con los niños para que te organices con esa cita tan importante para ti?

- ¿Comparte una misma escala de valores? Si te rodeas de personas que se identifican con tus valores, te sentirás bien. Si, por el contrario, te rodeas de personas que no entienden la generosidad, la benevolencia, la entrega, el esfuerzo de la misma manera que tú, lo normal es que vivas en un conflicto continuo, tengas discusiones con ellos y más desacuerdos que acuerdos. Así es difícil que haya complicidad.

- ¿Es agradecido contigo? Hay personas que creen merecerlo todo. Merecer tu tiempo, tus invitaciones, tu ayuda y se olvidan de dar las gracias. Ser agradecido es una manera de dar valor al gesto y a la persona.

- ¿Cómo habla de los demás? Una persona que habla mal de los demás no es de fiar. Hablar mal de los demás no dice nada bueno de esa persona. No escuches y pon límites a la conversación de quien se dedica a criticar a otros. Puedes cambiar de tema o decir simplemente que no te gusta hablar mal de otras personas ni escuchar continuas críticas. Quien habla mal de los demás es muy probable que también lo haga de ti cuando tú no estés.

- ¿Es discreto? Nos gusta contar con personas en las que podemos confiar. Las personas confiables guardan tu intimidad y no la comparten. Tampoco comparten la intimidad de otros. Hay personas que, con tal de ser protagonistas de una conversación, son capaces de hablar de los problemas y de la vida de los demás.

Rodearte de gente buena y de personas con las que disfrutas es parte de tu salud emocional. Estas personas te sacan una sonrisa, te apoyan de forma sincera, te atienden, te ayudan. Son imprescindibles en tu vida. Son luz».


domingo, 9 de febrero de 2025

El desapego

“Por todo lo que ha sido, G-R-A-C-I-A-S. A todo lo que ha de ser, SÍ”.
Dag Hammarskjold


 “Healer” (“El Sanador”). McKenna Hixson.

Después de sesenta y tres años, caben muchas personas en mi corazón, pero, como decía Anthony de Mello, Dios conserva un dominio indiscutible sobre él. Necesito liberarme de todo lo que me pone cadenas y me amarra; no aferrarme a lo que tengo ni a lo que me falta; dar y, tal vez, recibir, con autenticidad y libertad; caminar ligera de equipaje... Eso es lo que quiero.


La reflexión “El desapego” circula por las redes sociales. Desconozco su autor/a.

El desapego es el acto más elevado del amor incondicional. Duele porque hay que soltar lo que se ama, hay que dejar ir. Nos enseñaron que podemos poseer todo tipo de cosas y controlar a las personas y el ego sufre porque teme perder una posesión que, en realidad, no existe, pues es una ilusión creer que podemos poseer algo o a alguien.

Los hijos, los padres, los amigos, la pareja… no nos pertenecen. Son seres independientes y libres con su propio camino por recorrer, igual que nosotros.

No podemos hacer depender la felicidad de unos de la de los otros. Si no somos felices solos, no lo seremos con nadie.

El apego es el controlador del tiempo que no te permite vivir en el presente ya que te ancla al pasado o al futuro. Sin embargo, el desapego te mantiene en el aquí y el ahora.

Desapegarse es el acto de soltar y desprenderse de objetos y personas, con agradecimiento por el tiempo en que fueron parte de nuestra vida, enriqueciéndola de alguna manera, y sabiendo que, pase lo que pase, vamos a estar bien.

La independencia afectiva es el mayor regalo que puedes hacerte a ti y a tus seres amados. Solo cuando lo logras, alcanzas la verdadera y plena libertad. Una vez que empiezas a avanzar hacia el desapego, ya no existe camino de retorno.

Solo cuando sueltas, fluyes y dejas espacio para recibir la abundancia en todos los aspectos de la vida que por derecho te pertenece.


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- Abandona tu nada
- Dejar ir
- El apego
- El esclavo
- La corneja

jueves, 6 de febrero de 2025

Verlo todo por primera vez


Fuente: “Pensamientos cotidianos” de Omraam Mikhaël Aïvanhov.

«Por la mañana, cuando abrís vuestra ventana o cuando salís de casa, veis el cielo, el sol, los árboles… Esforzaos por mirarlos como si los vieseis por primera vez: así descubriréis en ellos toda una vida sutil de la que no os habíais dado cuenta hasta ahora, porque habíais dejado que se interpusiera una pantalla opaca entre vosotros y la realidad. El día en que os hayáis desprendido de esta pantalla, poseeréis la verdadera visión, la verdadera inteligencia de las cosas. La verdadera inteligencia es como una fuente que brota, por eso nos presenta una visión siempre nueva que nos llena de admiración.

Verlo todo por primera vez: debéis aprender a cultivar esta actitud, no solo con respecto a la naturaleza, sino también con respecto a los humanos. Entonces, no solo haréis unos descubrimientos insospechados, sino que os volveréis mucho más interesantes y simpáticos hacia los demás».


miércoles, 29 de enero de 2025

La prueba


Fuente: Paulo Coelho: “Historias y reflexiones”.

John Blanchard se levantó del banco, recompuso su uniforme y, observando a la multitud que se abría paso por la Grand Central Station, buscó a la muchacha cuyo corazón amaba, pero cuya cara desconocía. Su interés por ella había comenzado trece meses antes en una biblioteca de Florida. Al sacar un libro de la estantería, se sintió intrigado por las notas que, escritas a lápiz en el margen con una suave caligrafía, reflejaban un alma reflexiva y una mente perspicaz.

En la portada del libro, descubrió el nombre de la última persona que había utilizado el servicio de préstamo: la señorita Holly Maynell. Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en la ciudad de Nueva York. Le escribió una carta presentándose e invitándola a escribirse.

Al día siguiente, tuvo que embarcar hacia Europa para prestar sus servicios en la Segunda Guerra Mundial. Durante un año y un mes, se fueron conociendo a través de su correspondencia. Cada carta era una semilla que caía en un corazón fértil y empezó a florecer un romance. Blanchard le pidió una fotografía, pero ella se negó. Pensó que si a él realmente le interesaba, no debía importarle su apariencia.

Cuando Blanchard regresó de Europa, programaron su primer encuentro en la Grand Central Station de Nueva York a las siete de la tarde.

“Me reconocerás”, escribió ella, “por la rosa roja que llevaré en la solapa”. “Llevaré el libro en mis manos”, respondió él. A la hora convenida, John estaba en la estación buscando a una muchacha cuyo rostro nunca había visto. Dejaré que él mismo cuente lo que pasó:

«Una joven de figura esbelta se acercaba a mí. Su cabello rubio caía en rizos sobre sus delicadas orejas, sus ojos eran azules, sus labios y su barbilla tenían una firmeza suave y su traje verde pálido hacía que la primavera cobrara vida. Me dirigí hacia ella, olvidándome de que debía llevar una rosa roja en la solapa. Mientras me acercaba, una pequeña sonrisa provocativa curvó sus labios.

—¿Vas por mi camino, marinero? —murmuró.

Casi sin poder controlarme, di un paso hacia ella y fue entonces cuando vi, parada detrás de la chica, a Holly Maynell. Era una mujer de más de cuarenta años, con el pelo canoso recogido bajo un sombrero gastado. Estaba bastante gordita, sus tobillos eran gruesos y calzaba zapatos de tacón bajo. La chica del traje verde se alejaba rápidamente. Sentí un intenso deseo de seguirla, pero deseaba conocer a la mujer cuyo espíritu había sostenido el mío y tanto me había acompañado.

Y allí estaba ella. Su rostro, pálido y regordete, era amable y sus ojos grises tenían un brillo cálido. No lo dudé. Mis manos agarraron el ejemplar del libro que debía identificarme ante ella. No sería amor, pero sería, tal vez, una amistad y le estaría siempre agradecido. Aunque me costaba disimular mi decepción, me cuadré, saludé y le tendí el libro.

—Soy el teniente John Blanchard y usted debe ser la señorita Maynell. Estoy muy contento de haber podido conocerla. ¿Puedo invitarla a cenar?

El rostro de la mujer se ensanchó con una sonrisa tolerante.

—No sé de qué se trata, hijo —respondió—, pero la joven del traje verde que acaba de pasar me rogó que llevara esta rosa en mi abrigo y dijo que, si me invitaba a cenar, debería decirle que lo estaba esperando en el gran restaurante de enfrente. ¡Dijo que era una especie de prueba!».


miércoles, 22 de enero de 2025

Perfil de las víctimas de un/a narcisista


Fuentes: - “¿Cómo elige un narcisista a sus víctimas?” de Valeria Sabater en “La mente es maravillosa”.
- TiK Tok: vídeos de @stay_strong_v7 y @grana_y_oro.

Una persona con un trastorno narcisista no elige a víctimas frágiles, débiles, ingenuas, vulnerables y fáciles de controlar. Al contrario, siempre quiere a personas con maravillosas cualidades, a las que ni quieren ni valoran, para obtener beneficios de ellas y mejorar su imagen social. El placer de toda persona narcisista es lograr tener bajo su control a alguien talentoso e independiente al que considera un mero “objeto” para su fin.

Las víctimas de una persona narcisista reúnen muchas de las características que se señalan a continuación.

Suelen ser:

- Inteligentes (podrá hacer suyas sus ideas).

- Cariñosas (necesita mucho amor y atención).

- Amables (así no lo enfrentarán a sus defectos ni a sus miedos).

- Comprensivas (para que perdonen sus fallos).

- Generosas (para que no les importe dar más de lo que reciben).

- Responsables (para que asuman la culpa y los errores de la relación).

- Altamente empáticas y rescatadoras (para poder manipularlas con sus cambios de humor).

- Altamente capaces y trabajadoras (para que siempre resuelvan).

- Luchadoras (para que peleen por la relación).

- Muy resilientes con un alto umbral de tolerancia al dolor emocional.

Suelen tener:

- Sólidos valores morales y éticos como la lealtad, el respeto y la honestidad.

- Un alto concepto del amor, la familia y la amistad.

- Algún trauma o vacío emocional (miedo al abandono, a la soledad…) cuyo conocimiento le haga posible controlarlas y crear un vínculo de dependencia.

La persona narcisista siente gran satisfacción cuando sus víctimas caen en sus mentiras y tienen el control de sus vidas. No soporta verlas felices ni que le hagan sombra. Goza y se siente superior cuando las humilla y las ve sufrir. No tolera que sus víctimas opinen, le exijan o critiquen. En realidad, siente envidia de lo que sus víctimas son, de lo que tienen o de lo que proyectan y siente vergüenza de lo que es, rabia por lo que no tuvo y dolor porque nada le llena, pero jamás dejará que nadie lo sepa.

La relación con un narcisista es como una montaña rusa. Al inicio todo es espectacular y casi perfecto. Son personas que nos deslumbran, que saben qué tecla tocar para sorprendernos, para que creamos que las necesitamos generando, así, una dependencia.

Ahora bien, tras ese ascenso llega una caída en picado: la primera decepción, la primera agresión emocional y el primer escalofrío al comprobar cómo es su auténtica personalidad. No es fácil alejarse o romper la relación con un narcisista. Ese viaje de subidas y bajadas agónico proseguirá durante mucho más tiempo.

Todos podemos caer en la trampa de este tipo de personalidad. Todos podemos ser “gacelas” para este tipo de depredadores. A veces, de hecho, basta con nacer en una familia concreta. Los padres y las madres narcisistas son una realidad tristemente común.

Es muy fácil quedar atrapados en la tela de araña de este tipo de perfil, pero lo que ya no es tan sencillo es salir de ella. Recordemos siempre que recuperar la dignidad y el bienestar implica tomar decisiones y alejarnos de lo que no nos conviene. Como “gacelas”, tenemos el poder de saltar y de correr rápido cuando lo necesitamos.


miércoles, 15 de enero de 2025

El resurgir de Notre Dame

“Hoy las campanas van a sonar, el órgano va a despertar, los fieles vendrán pronto a rezar. El mundo encontrará la catedral reconstruida y embellecida. Y nosotros tendremos que guardar como un tesoro esta lección de fragilidad, humildad y voluntad y no olvidar nunca que cada uno cuenta, y cómo la grandiosidad de esta catedral es inseparable del trabajo de todos”.
Emmanuel Macron


La catedral gótica de Notre Dame es uno de los principales símbolos de París. Es una de las joyas de la arquitectura gótica y fue incluida por la UNESCO, en 1991, como Patrimonio de la Humanidad. La catedral marcó el camino de la arquitectura gótica, ha sido durante generaciones un lugar de peregrinación y oración y estuvo vinculada a importantes acontecimientos históricos de relevancia internacional.

Construida entre 1163 y 1345, en la Île de la Cité, a las orillas del río Sena, la catedral de Notre Dame, dedicada a la Virgen María, es una de las catedrales góticas más antiguas del mundo y la tercera más grande detrás de las de Colonia y Milán.

El escritor Víctor Hugo la inmortalizó en su novela “Nuestra Señora de París” (1831) en la que contaba la historia de Quasimodo, un deforme joven, jorobado, que vivía en las partes altas de la catedral y se encargaba de las campanas.

En sus ocho siglos de historia, la Catedral de Notre Dame ha sido reformada en varias ocasiones, siendo la más importante la de mediados del siglo XIX a cargo de los arquitectos Lassus y Viollet-le-Duc. Fue entonces cuando se instalaron en la fachada de la catedral las famosas gárgolas para drenar el agua de lluvia.

Los materiales principales de la catedral son los sillares de piedra —que ofrecen apoyo estructural— y la madera, que constituye el armazón de los tejados principales y de la aguja.

El 15 de abril de 2019, la catedral sufrió un incendio que se inició en el tejado del edificio. Se produjo, probablemente, de forma accidental durante los trabajos de restauración que se estaban efectuando para los que se habían levantado varios andamios alrededor de los tejados. Al parecer, tras las investigaciones llevadas a cabo, la causa principal fueron estos andamios que, supuestamente, dañaron el sistema de movimiento de las campanas, provocando un cortocircuito.

En la primera hora del desarrollo del incendio se pensó que el edificio desaparecería por completo. En su extinción se descartó la posibilidad de lanzar agua desde un helicóptero o un avión cisterna por el alto riesgo de debilitar la estructura de la catedral con el peso del agua. Intervinieron unos cuatrocientos bomberos que, tras nueve horas de trabajo, consiguieron sofocar el incendio, aunque se consideró completamente extinguido después de doce horas.

Días antes del incendio, las estatuas de cobre de los apóstoles y del tetramorfos que rodean la aguja, se habían desmontado y recogido en un almacén para iniciar las labores de restauración.

La aguja de la catedral y el tejado de la nave central se derrumbaron. La estructura primaria, incluida las dos torres, la fachada, las obras de arte y las reliquias se pudieron salvar.

El incendio de la catedral de Notre Dame, prácticamente se retransmitió en directo. Conmovida, desolada y sobrecogida, pude ver cómo se derrumbaba su aguja.

La misma noche del incendio, Macron, presidente de la República francesa, anunció que la catedral se reconstruiría y que se lanzaría una campaña para recaudar fondos.

En junio de 2020 comenzó la retirada del andamio destruido y de los escombros del tejado y la cubierta. Después, comenzó la limpieza del hollín del incendio de muros, frescos y cuadros y el órgano fue desmontado, pieza por pieza, incluyendo sus 8000 tubos.

Las obras de renovación comenzaron oficialmente el 9 de diciembre de 2021. Durante estos años, miles de personas han trabajado en las labores de limpieza y la consolidación de la estructura. Posteriormente, llegaron la reconstrucción de la bóveda, la construcción de una aguja de madera basada en los planos originales, los trabajos de reparación de las gárgolas y la restauración de las piezas artesanales.

Las obras han sido dirigidas por el arquitecto Philippe Villeneuve. La reconstrucción, que se ha hecho con las técnicas de la Edad Media, se ha prolongado durante cinco años en los que han participado cerca de 2000 trabajadores: carpinteros, restauradores, techadores, fundidores, expertos en arte, escultores e ingenieros, con el consiguiente impulso para la artesanía francesa.

El coste de la reconstrucción ha sido de unos 700 millones de euros, cifra inferior a los 846 millones recaudados, principalmente por donantes privados procedentes de 150 países. El dinero sobrante se utilizará para renovar el exterior del edificio y se espera que esté terminado a finales de 2027.

Después de cinco años, el día 7 de diciembre de 2024, tuvo lugar la reapertura de la catedral de Notre Dame. El arzobispo Laurent Ulrich golpeó las puertas de la catedral con su báculo, inaugurando así de nuevo el edificio. A la ceremonia, que se retransmitió en directo, asistieron unos cuarenta jefes Estado y de Gobierno, entre ellos el presidente de Ucrania, Zelensky, y el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. No hubo representación española alguna. Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, habían recibido invitaciones para acudir. Alguien, creo, en mi humilde opinión, debería haber acudido en representación de España... En la ceremonia, Macrón expresó la gratitud de la nación francesa a todos los que salvaron y reconstruyeron la catedral.

Las puertas de Notre Dame están abiertas al público desde el 8 de diciembre de 2024, día de la Inmaculada Concepción. Antes del incendio, el monumento medieval acogía a unos 12 millones de personas al año. Tras su reapertura, se espera que el número de visitantes se dispare hasta los 15 millones.



martes, 7 de enero de 2025

“Identiqué”. Nuestra identidad

Campaña Navidad Campofrío 2024.

El pasado 17 de diciembre “Campofrío” presentó, bajo el título “Identiqué”, su campaña de Navidad en la que se pone de manifiesto, en un mundo cada vez más globalizado donde la cultura y las costumbres se mimetizan, el riesgo de perder nuestra identidad y se hace un homenaje a nuestra forma de ser y a los valores que compartimos. El anuncio ha sido ideado por la agencia creativa “This is libre”.

¿Qué pasaría si las personas que han construido la cultura de España tuvieran la oportunidad de conocer cómo vivimos en la actualidad?

El anuncio empieza en una especie de cielo de personajes célebres (grandes figuras de la historia, escritores, artistas, humoristas…) en el que este año, como regalo de Navidad y por sorteo, cuatro de ellos tienen la oportunidad de pasar un día en la tierra.

Isabel “la Católica”, Santa Teresa de Jesús, Góngora, Quevedo, Valle-Inclán, Estrellita Castro, Sara Montiel, Fofó, Gloria Fuertes, José Luis López Vázquez, Gila, Eugenio… esperan ansiosos la oportunidad de bajar a la tierra. Este año les ha tocado a Valle Inclán, José Luis López Vázquez, Gloria Fuertes y Gila.

El papel de Gila es interpretado por Óscar Lasarte, actor protagonista de “¿Es el enemigo? La película de Gila”; Rody Aragón interpreta a su padre Fofó y el papel de Eugenio es interpretado por su hijo Gerard Jofra.

Cuando regresan, cargados de regalos, se enfrentan a las preguntas de los demás. En la ciudad todo es muy distinto a lo que ellos conocieron: en el teatro donde Caderón de la Barca estrenó “La vida es sueño”, ahora hay una tienda de calcetines; en la casa donde nació Francisco de Quevedo, hay apartamentos turísticos; las calles están abarrotadas, la circulación es un caos, abundan los establecimientos de comida que nada tiene que ver con nuestra cocina tradicional... Cuando todos están desanimados, Miguel Gila destaca una cosa que no ha cambiado: la gente, nuestra forma de ser y nuestra generosidad y solidaridad. En este punto, la canción “Eres tú” de Mocedades juega un papel clave porque solo nosotros podemos proteger esa forma tan nuestra de disfrutar de la vida.



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