Fuente: “The chosen”. Capítulo tres de la tercera temporada y capítulo ocho de la cuarta temporada.
“The Chosen” es una serie creada, dirigida y coescrita por el cineasta estadounidense Dallas Jenkins. Ambientada en la Judea del siglo I, gira en torno a Jesús de Nazaret y las diferentes personas que lo conocieron y lo siguieron.
La serie brinda una nueva perspectiva sobre la vida y el ministerio de Jesús. La intención de Jenkins es, además de profundizar en las emociones y experiencias de los seguidores de Jesús, retratarlo a través de los ojos de quienes lo conocieron y mostrarlo de una manera más personal, íntima e inmediata.
En la serie “The chosen” se narra una bonita historia sobre la larga vida de una brida que acabará teniendo una utilización muy especial. Una brida sirve, principalmente, para dirigir a un animal de montura (caballo, mula, asno…) y está formada por la embocadura, el correaje que la sujeta a la cabeza y las riendas.
En la Biblia no hay ninguna referencia a esta historia. Se trata una licencia creativa que, en definitiva, reitera el linaje de Jesús y nos acerca al importante papel de José, que ejerció de padre terrenal de Jesús, en su infancia.
En la serie, los acontecimientos en torno a la brida no siguen un orden cronológico y no se completa su historia hasta el final de la cuarta temporada.
Estos sucesos se desarrollan en cuatro momentos. El primero en el reinado del rey David (1040-966 a. C.) y los otros tres durante la vida de Jesús de Nazaret. Para esta entrada he realizado un vídeo en el que aparecen recogidos en orden cronológico.
Los dos primeros episodios de la quinta temporada, que trata de la semana previa a la muerte de Jesús, se estrenarán en España, en cines, mañana día 10 de abril. Tal vez, es una sospecha, la historia de esta brida no haya llegado a su fin...
El rey David conserva una brida del tiempo en que los israelitas fueron liberados de la esclavitud en Egipto.El rey David regresa a casa después de vencer a los amonitas. Es recibido triunfalmente por los israelitas que, entre palmas y tendiendo a su paso mantos en el suelo, le cantan “hosanna”, una exclamación de júbilo y alabanza hacia la persona que consideran su salvador.
Abigail, su esposa, y su hijo Daniel lo reciben con gran alegría. Está próxima la celebración de la Pascua judía y el rey enseña a su hijo el ritual y significado del cordero que se sacrificará el día de Pascua. Abigail explica a su hijo por qué en la cena de Pascua se come pan ácimo y el rey David le muestra un cofre en el que guarda una brida cuya historia se remonta al día en el que los israelitas fueron liberados de la esclavitud en Egipto y huyeron de la mano de Moisés, a toda prisa, a través del desierto.
José conserva la antigua brida y se la entrega a Jesús.José de Nazaret, descendiente del rey David, muestra a Jesús, siendo todavía un niño, sacándola de un cofre, la embocadura de la brida de una mula. José cuenta a Jesús que fue utilizada por uno de sus ancestros, de la tribu de Judá, en su mula cargada de provisiones desde Egipto. Su dueño la guardó como recuerdo de la huida y durante cuarenta generaciones se ha ido pasando de padres a hijos como recuerdo de la esclavitud, pero, sobre todo, como recuerdo del camino hacia la libertad y a la Tierra prometida. A José se la entregó su padre y él se la entrega a Jesús y, como cree que Jesús no tendrá hijos, piensa que, tal vez, con Él termine el viaje de la brida. Para José, cuidar de Jesús ha sido el mayor honor que jamás podría soñar y siempre rezó por cumplir bien la misión que se le había encomendado.
Jesús recoge la brida en la casa de Nazaret.
Jesús, ya adulto, ha iniciado su predicación y realizado múltiples milagros. Tras el sermón de la montaña, envía a sus discípulos, de dos en dos, a predicar su palabra y les da autoridad para realizar curaciones. Mientras tanto, Jesús vuelve a Nazaret para celebrar el Año Nuevo Judío. Llega a su casa anocheciendo y, mientras cena con su madre, conversan sobre la vida de sus discípulos. Finalmente, Jesús le pide a su madre el cofre con la brida que le entregó José, pues se acerca su hora y la va a necesitar. María, con gran tristeza, le dice que el cofre está en su dormitorio. Ya en su habitación, Jesús, triste y cansado, coge entre sus manos la brida.
A la mañana siguiente, todo Nazaret celebra en el campo la alegre fiesta de Año Nuevo con música, bailes, juegos, comida… Ese año han vuelto, también para la fiesta, Lázaro, amigo de la infancia de Jesús, con sus hermanas Marta y María y los padres del novio de la boda de Caná.
Las noticias de la predicación y los milagros de Jesús se han difundido y generan gran expectación entre los habitantes de Nazaret. Lázaro presiona al rabino para que ese día deje que Jesús lea y dé la enseñanza en la sinagoga. Jesús empieza a hacer la lectura del pergamino del profeta Isaías y la interrumpe para decir que con él se han cumplido las escrituras. Se genera una situación muy tensa. Ante las preguntas del rabino, Jesús les dice la verdad sobre quién es. Lo acusan de falso profeta y blasfemo y lo condenan a morir. Lázaro intenta intervenir y suavizar las cosas, pero Jesús le dice a su amigo que no se preocupe y le da instrucciones, al oído, sobre lo que tiene que hacer.
Jesús es llevado a lo alto del monte sobre el que se alza Nazaret para despeñarlo. El rabino, que aprecia a María y al difunto José, le pide que se retracte. Jesús no lo hace, le dice que no es el momento de su muerte y pasa junto a la multitud que, “sobrenaturalmente” conmocionada, lo deja marchar.
Jesús va a la tumba de José y allí recuerda, además de cómo le enseñaba a leer y el oficio de carpintero, el día en el que le dio la caja con la brida. Estando en estos pensamientos, llegan María y Lázaro que se sienten aliviados cuando lo ven bien. Lázaro trae la bolsa de Jesús con provisiones y la brida. Ya no hay vuelta atrás. Esta será su última visita a Nazaret y le pide a María que se vaya a vivir con Lázaro, Marta y María a Betania.
Jesús utiliza la brida en el asno en el que entra montado, triunfalmente, en Jerusalén.Jesús y sus discípulos que, tras la resurrección de Lázaro, se encontraban en Betania, hacen los preparativos para dirigirse a Jerusalén para celebrar la Pascua.
Jesús pide a Simón, el zelote, y a Mateo que vayan al pueblo de al lado a por un pollino en el que nadie se había subido. Jesús se ha dejado su mochila, a propósito, en la casa de Lázaro para que su madre se la lleve.
Mientras tanto, la noticia de su llegada corre por Jerusalén y el pueblo se prepara con palmas para recibirlo, al igual que lo hiciera con el rey David.
María le lleva la bolsa Jesús que saca el cofre con la brida y una manta y se las da a Simón, el zelote, para que se las ponga al pollino. Jesús monta en él y, seguido por su madre, los apóstoles y algunos discípulos, se dispone a entrar triunfalmente en Jerusalén.
Actualización (11-04-2025).
Ayer, en el cine, confirmé mis sospechas: la historia de la brida no había finalizado.
Tras su entrada triunfal en Jerusalén, Jesús, discretamente oculto bajo una capa con capucha, pasea por la ciudad. Desde un punto alto de Jerusalén, observa, con dolor y tristeza, cómo el patio del templo, que debía ser un lugar de oración, se ha convertido en un mercado donde se llevan a cabo todo tipo de negocios profanándose, así, un lugar sagrado.
Cuando llega a la casa donde se aloja con sus discípulos, coge el cofre donde se guarda la brida y con ella, Jesús era artesano y tenía una gran habilidad, construye un látigo. A la mañana siguiente, va al templo y, furioso, expulsa con el látigo a todos los que vendían y compraban, volcando las mesas de los cambistas y liberando a ovejas, bueyes y palomas.
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